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Permite aceptar la individualidad y mantenerse fiel a las convicciones. Reconcilia con los orígenes. Aporta valentía para expresar las emociones con claridad. Combate los temores, la incertidumbre y falta de confianza. Abre la mente para encarar el futuro con serenidad y transmite coraje para elegir caminos excepcionales. Estimula el deseo de superar los límites internos y externos. Estimula la fuerza física y psíquica ante el agotamiento nervioso. Despierta la sensualidad y la fantasía. Está asociado al chakra de la raíz. Establece una conexión equilibrada entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Estimula y centra la conciencia espiritual sobre el cuerpo.
Siempre ha formado parte de la medicina tradicional en todo el mundo asiático por sus múltiples virtudes. Es antiinflamatorio, antiséptico, afrodisiaco. Hoy en día, los indios siguen masajeándose los pies con esta esencia para protegerse de las micosis y de las picaduras de los insectos o serpientes y el cuero cabelludo para estimular el crecimiento del cabello. Sin embargo, su popularidad sigue asociada a los hippies y el amor libre de los años sesenta, porque al estimular las ansias de superar los límites internos y externos, el pachulí llegó a ser el accesorio indispensable de esta generación.
Se trata de una sustancia muy potente, por lo que, al realizar una mezcla, debe utilizarse en pequeñas cantidades. En todo caso, enriquece cualquier tratamiento de aromaterapia. No es tóxico, ni irritante ni sensibilizante.