Historia de los adaptógenos

La historia de los adaptógenos une ciencia moderna y sabiduría ancestral. Aunque el término “adaptógeno” Aunque el término “adaptógeno” se popularizó en el siglo XX, su uso se remonta a civilizaciones antiguas que buscaban equilibrio y resiliencia en la naturaleza. Culturas como la Medicina Tradicional China y pueblos indígenas ya usaban plantas como la  Rhodiola rosea y el Ginseng para mejorar resistencia y longevidad.

Los primeros registros: Medicina Tradicional China y Ayurveda.

• China (200 a.C.): El Shennong Bencao Jing, texto fundacional de la herbolaria china, ya describía el Reishi como "el hongo de la inmortalidad" para fortalecer el Qi (energía vital).

• India (6000 a.C.): En el Ayurveda, la Ashwagandha se usaba como rasayana (tónico rejuvenecedor) para combatir el agotamiento físico y mental.

• Pueblos nórdicos: Los vikingos consumían Rhodiola rosea para aumentar su resistencia en largas travesías.

Los adaptógenos, sin embargo, ya eran conocidos por los antiguos habitantes de Asia, Europa y América del Norte, quienes los utilizaban para mejorar la resistencia y la salud general. Desde la Medicina Tradicional China hasta las prácticas de los pueblos indígenas, estas plantas y hongos han sido valorados por sus efectos en la longevidad y el equilibrio energético.

Hoy en día, los adaptógenos han encontrado un nuevo lugar en la vida moderna. Se utilizan como suplementos para el manejo del estrés, la salud cognitiva y el rendimiento físico. Este renacimiento de los adaptógenos es un recordatorio de que las soluciones de salud natural tienen una base sólida en la historia y que la constancia en su consumo puede marcar una gran diferencia en el bienestar a largo plazo.

El resurgimiento de los adaptógenos en el siglo XXI responde a dos factores:

1. Evidencia científica: Estudios como el de Panossian y Wikman (2010) validaron su impacto en el eje HPA y la regulación del cortisol.

2. Cultura del bienestar holístico: Coincide con la búsqueda de soluciones naturales para el estrés crónico, la fatiga pandémica y el agotamiento mental.

   
   

Hoy, marcas como Ancestra rescatan este legado ancestral, combinando extractos puros con protocolos basados en ciclos de descanso (como la pauta de 5 días de consumo + 2 de pausa), tal como hacían las culturas antiguas para evitar la habituación.

Historia de los adaptógenos: El origen del término.

En 1947, el farmacólogo soviético Nikolai Lazarev acuñó el término al estudiar compuestos que mejoraban la adaptación al estrés en mineros y soldados. Sus criterios para definir un adaptógeno siguen vigentes:

1. Inocuidad: Sin efectos adversos en dosis terapéuticas.

2. Respuesta bidireccional: Normaliza funciones corporales independientemente de la dirección del desequilibrio.

3. Acción sistémica: Beneficia múltiples órganos, no uno específico.

   
   

¿Sabías que durante la Guerra Fría, la URSS financió estudios secretos en el Instituto de Investigación de Medicina Deportiva de Leningrado? Allí, científicos como Israel Brekhman demostraron que el Eleuthero (ginseng siberiano) aumentaba en un 23% la resistencia de atletas y pilotos a condiciones extremas.

Mito histórico que debes conocer:

Falso: "Los adaptógenos eran usados solo por élites o chamanes".Realidad: En la antigua Siberia, campesinos masticaban raíces de Rhodiola para trabajar jornadas extensas, y en Nepal, guerreros tomaban Shilajit (resina adaptogénica) antes de las batallas.

¿Quieres profundizar?

Descubre cómo integrar estos conocimientos ancestrales en tu rutina moderna en nuestra guía: "Todo sobre los adaptógenos: Una guía completa para entender sus beneficios y usos."